Es un punto, el anterior, que nos puede hacer reflexionar y nos puede ayudar para poner en marcha un proceso de Coaching.
La Motivación trata del conjunto de factores o elementos que determinan dinámicamente la conducta del individuo, activándola o dirigiéndola hacia un determinado objetivo.
Por tanto, al hablar de motivación, lo hacemos de todo aquello que nos impulsa a conseguir algo quenos interesa, de una forma dinámica y activa. Desde el punto de vista de muchos Coachs, también puede explicarse a través de un sencillo juego de palabras:
MOTIVACIÓN = MOTIVO + ACCIÓN.
No existe motivación sin la identificación de un motivo (destino) que sea alcanzado a través de la acción (recorrido). La motivacion es la fuerza que nos impulsa a subir una escalera a través de cada uno de los escalones.
EN el corazón más interno del impulso de las personas siempre se encuentran los anhelos, las esperanzas, deseos, ambiciones, retos y sueños. Y todo ello, requiere de movimiento para ser logrado.
No podemos progresar sin motivación, al igual que, al revés, sin progreso no hay motivación. Se trata de un ciclo que se debe realimentar constantemente. Es una relación biunívoca en la que se esconde el secreto de la explicación de nuestras desilusiones vitales y la frustración que tantas veces puede acompañarnos cuando no logramos nuestros propósitos.
No parece muy difícil concluir que la llave de la motivación personal es propiedad de cada uno de nosotros, porque sólo uno mismo conoce cuáles son sus motivos que le llevan a la acción.
Estos intereses particulares, en los entornos sociales actuales, tan individualizados y faltos de comunicación, son mejor conocidos siempre por uno mismo que por cualquier extraño. Por ello, lo creamos o no, el motivo más importante para la Motivación, es uno mismo; es un hecho personal e intransferible, autogenerado desde el propio interesado y difícilmente transmisible.
Por eso, la motivación real, la verdaderamente efectiva, se denomina Automotivación.
Desde este punto de vista, se entiende la gran dificultad que tenemos para motivar a los demás. El proceso de motivación es tan personal, que parece muy difícil que pueda venir dirigido desde fuera de uno mismo.
Es en esta conseideración en donde radica el foco de los desencantos de tantos y tantos casos de nuestra vida cotidiana, personal y profesional, en los que intentamos animar o motivar a alguien, o alguien a nosotros, y acabamos dando por imposible un empeño en el que se cree pero que nunca se consigue.
Compartiendo estas teorías, el Coaching vuelve a levantarse como una herramienta ideal para conseguir esta automotivación.
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