La cualidad personal del valor para aceptar la responsabilidad de una decisión, sea buena o mala, separa a las personas ordinarias de quienes toman decisiones excelentes.
Desde tiempos remotos, conocer el futuro a atemorizado e intrigado a la humanidad. Aunque nos sigue resultando imposible, la construcción de posibles escenarios futuros a partir del uso de tecnologías y herramientas que se han ido incorporando a las metodologías de planificación estratégica, nos permite predecir rutas alternativas y elegir la que, a nuestro criterio, resulte más probable.
A partir de ahí, nos tocará navegar manejando con flexibilidad las desviaciones que la práctica nos imponga.
Un buen plan, al final, será aquel que logre elaborar un excelente análisis de situación y, en consecuencia, permite que la ruta elegida sea lo suficientemente precisa para evitar serios desvíos.
El diseño de planes de contingencia, sistemas de monitorización y estructura organizacional descentralizada y flexible, complementan un exitoso proceso de planificación estratégica.
Concluido el proceso de elaboración del plan estratégico, queda por delante la importante tarea de gestionar la implementación del plan, lo que requiere, como mínimo:
- el compromiso explícito de la alta gerencia
- habilidades de liderazgo para movilizar a las personas y los recursos en función de los propósitos definidos.
El proceso de planificación estratégica es, así, continuo, precediendo y presidiendo las funciones de dirección de la empresa.
Una empresa de éxito debe revisar sus planes estratégicos de forma periódica, siendo flexible para aprovechar el conocimiento del medio cambiante:
- mantiene a la vez el enfoque futuro y el presente.
- refuerza los principios adquiridos en la Misión, Visión y Valores.
- fomenta la planificación y la comunicación interdisciplinarias.
- asigna prioridades en el destino de los recursos.
- obliga a los ejecutivos a ver la planificación desde la macro-perspectiva, señalando los objetivos centrales y el modo en que pueden contribuir a lograrlos.
Las planificaciónes estratégicas, en general, fracasan por dos razones:
- estrategia inapropiada, fundamentalmente debida al fracaso en vender la verdadera naturaleza del problema, a no ser capaz de obtener el objetivo deseado, a no ser realizable, o a no encajar en los recursos de la organización.
- pobre implementación, debido a la sobreestimación de recursos o habilidades, al fracaso de coordinación o a una subestimación de los recursos de tiempo, personal o financieros necesarios.
La alta gerencia debe mentalizarse adecuadamente alrededor de que:
- ha de familiarizarse con el circuito básico de toma de decisiones y sus ingredientes. Debe prestar especial atención al carácter de quien toma la decisión, tanto individualmente como en grupo (si lo hubiera). El gerente no puede ignorar la influencia de las relaciones humanas en una decisión.
- la representación en diagrama de un problema puede ser una ayuda inestimable para reunir sus afecciones y mostrar el problema o los parámetros de la decisión. Un conocimiento básico de probabilidades y estadística, ayudará de forma importante.
- aún se requiere un ingrediente ma´s para que un gerente tome las decisiones acertadas. La persona que no desee tomar riesgos, nunca tendrá éxito como gerente. Un gerente debe tener:
- el buen juicio para saber qué información debe recoger,
- la inteligencia para dirigir la información y
- el valor para tomar la decisión que se requiere cuando ésta conlleva un riesgo.
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