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Inteligencia Emocional fácil

Concepto de Estrés. Características.

No existe una definición consensuada sobre el estrés. Des de que Selye, en 1936 acuñara el término, ha sido definido desde diversas ópticas. La de su creador, la fisiológica es que el estrés es una respuesta corporal ante cualquier demanda de una situación.

La óptica más psicológica, lo define como el juicio cognitivo del individuo que le produce temor al pensar que sus recursos personales serán incapaces de dar respuesta a las demandas generadas por un acontecimiento particular.

La óptica más social, lo trata como un acontecimiento especial que crea demandas en el sistema familiar más que en el individuo.

Intentando integrar todos los enfoques, podemos decir que el estrés es una respuesta fisiológica, psicológica y conductual de un individuo, que intenta adaptarse  y ajustarse a presiones internas y/o externas.

En condiciones de equilibrio, el organismo vive bajo la actividad normal de sus funciones bio-psico-sociales, moduladas por los ritmos de sueño y vigilia. Bajo estas condiciones, el funcionamiento fisiológico y psicológico está sometido a niveles de activación que se consideran normales. Esta activación fluctúa según las vivencias diarias, y ordinariamente está asociado a emociones.

El estrés se produce cuando ocurre una alteración en este funcionamiento normal, por la acción de algún agente, que puede ser tanto interno como externo. El organismo, en estas circunstancias, reacciona de forma extraordinaria realizando un esfuerzo para contrarrestar el desequilibrio.

La respuesta del estrés es extraordinaria, implica esfuerzo y produce una sensación subjetiva de tensión. Esto suele suponer, además un incremento de la activación o inhibición y, por tanto, un cambio en los estados emocionales.

Existen un estrés positivo (Euestrés) y un estrés negativo (Distrés).

– El estrés positivo incrementa la salud y el rendimiento. Como resultado de este tipo de estrés encontramos:

  • vitalidad.
  • entusiasmo.
  • optimismo.
  • resistencia a la enfermedad.lucidez mental.
  • creatividad.
  • etc.

– El estrés negativo, en cambio, va asociado a una disminución de la salud y del rendimiento, y aparecen síntomas como:

  • fatiga.
  • irritabilidad.
  • falta de concentración.
  • depresión.
  • pesimismo.
  • enfermedades.
  • accidentes.
  • inmunodepresión.

El objetivo terapéutico, por tanto, es encontrar el nivel idóneo para cada persona para, entonces, desarrollar formas de afrontar el estrés que favorezcan nuestra vida, en vez de limitarla. Maneras de afrontar las cosas que nos permitan mantenernos con un estrés positivo y eviten que lleguemos a alcanzar un nivel de estrés negativo.

– Denominaremos ESTRESOR a cualquier suceso, situación, persona u objeto que se percibe como elemento estresante, e induce a la reacción de estrés.

Y digo «que se percibe» porque no es el acontecimiento en sí el que provoca estrés, sino la forma como lo percibimos cada persona. Y la forma en que lo percibimos depende de cómo pensamos, sentimos, nuestra personalidad, historia personal y de nuestras perspectivas de vida.

En general, son conocidos por frecuentes:

  • grandes cambios de vida.
  • contratiempos en la vida cotidiana.
  • frustración.
  • sobrecarg.
  • ansiedad.
  • falta de control.
  • tabaco.
  • mala alimentación, o desequilibrada.
  • ruido.
  • falta de ejercicio.
  • autoestima baja.
  • etc.

– Según Seyle, la respuesta del estrés está constituida por un mecanismo tripartito, al que denominó Síndrome General de Adaptación (G.A.S.).

Según este síndrome, el desarrollo completo incluye siempre tres etapas:

  • REACCIÓN DE ALARMA. Reacción del organismo cuando es expuesto repentinamente a diversos estímulos a los que no está adaptado. En un primer momento, se produce la fase de Choque, y aparecen síntomas como la taquicardia, pérdida del tono muscular, disminución de la temperatura y bajón de la presión sanguínea. Se produce una descarga de adrenalina, corticotrofina y corticoides.

La fase de contrachoque es una fase de rebote y es defensiva. Sus síntomas son hipertensión, hiperglucemia, diuresis, etc.

  • ETAPA DE RESISTENCIA. Se produce la adaptación del organismo al estresor, junto con la consiguiente mejora y desaparición de los síntomas. Se caracteriza por una resistencia aumentada al agente nocivo en particular, y por una menor resistencia a otros estímulos.
  • ETAPA DE AGOTAMIENTO. Aparece si el estresor es suficientemente severo y prolongado. Reaparecen los síntomas típicos de la reacción de alarma.

Lo más importante en nuestro conocimiento del estrés, es tener claro que se basa en un nivel excesivo de activación, producido por algún tipo de estresor que, siempre, prioriza algún tipo de componente de reacción que nos indica el comienzo del proceso: fisiológico, cognitivo, emocional o conductual. Los estresores son subjetivos, individuales (muchas veces no entendemos los estresores de los demás, ni los vemos como causa alguna de cambio emocional tan drástico), y pueden ser reales o imaginados. Estos últimos son los anticipados, es decir, que creemos saber por qué están causados y nos parecen reales y normales, sin serlo.

El tema principal es tener claras las características de nuestros estresores, para verlos venir y poder estar preparados.

Recuerdo igualmente que un estresor puede tener efectos positivos tanto como negativos. Serán negativos cuando preocupan y nos dejan malestar en cualquier sentido. Será positivo si nos ocupan, buscando soluciones, líneas de acción, etc.

La preocupación no lleva a ningún lado. Hemos de ocuparnos, y no preocuparnos.

La pregunta es, por tanto, ¿qué estoy viviendo que me indica que me estoy activando en demasía y, por tanto, estresando? ¿Qué síntomas me lo indican?

Es con ese conocimiento consciente como podemos saber en qué momento estamos, y qué técnica aplicar para mitigar la activación, que las hay, y muchas, y muy efectivas.

Las técnicas más usuales son las respiratorias, por fáciles y personales. El Valium Psicológico, la respiración abdominal completa, la respiración en cuadrado o alterar los ritmos de inhalación/expiración, son las más conocidas. De todas hay abundante documentación pública, que seguro encontrarás con facilidad (si no, me lo haces saber y lo arreglamos de alguna manera).

La última de las técnicas que he nombrado es bien fácil, y su fundamento muy útil y conocido:

  • si inhalamos aire durante más tiempo que expiramos, tendemos a activarnos. Es la típica respiración de los deportistas justo antes de empezar la prueba, que cogen aire y lo expulsan con ruido en un breve espacio de tiempo.
  • si inhalamos aire durante menos tiempo del que tardemos en expirarlo, estamos buscando un resultado relajador.

Disponemos de otra técnica, denominada de Estímulos Condicionados, que permite asociar un estímulo con la relajación. También se conoce como Visualización Viso-kinestésica. Se trata de relacionar algo visual, físico, con sensaciones de calma. Se realiza mejor con música y consiste en concentrarse, sintiéndose relajado a medida que vamos imaginando algún tipo de paisaje, movimiento, ruidos, entorno, etc.

A veces, simplemente repetirnos una palabra o expresión mientras exhalamos el aire respirado puede valer para asociar dicha palabra o expresión a una sensación de búsqueda de calma. Bien entrenado, nos valdrá con repetirnos esa palabra o expresión para que el cuerpo tienda a la calma que hemos entrenado asociada a ella.

En general, el control del estrés pasa siempre por trabajar bien los momentos de pausa de actividad de que podamos disponer. Es fundamental dormir bien, buscando como objetivo fundamental la calidad del sueño. Dedico otro artículo a aspectos relacionados con el descanso adecuado respecto al control del estrés y la ansiedad.

(basado en documentación a cargo de Gabinete Psicológico Adara – Logroño – www.adarapsico.com)
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