¿Tenemos miedo a decir que «no»? ¿Es tan importante ser Asertivo? ¿Qué alternativas hay al estilo asertivo?
La aserción es el arte de expresar clara y concisamente los deseos y necesidades a otra persona, mientras se es respetuoso con el punto de vista de la otra persona.
Comportarse de modo asertivo implica tres pasos fundamentales, diferenciados y necesarios:
- Escuchar activamente.
- Decidir qué hacer y qué decir, cuándo y cómo.
- Decir y/o hacer aquello que se ha decidido, cuando se ha decidido y como se ha decidido.
Estos pasos podemos llevarlos a cabo si los enmarcamos en un guión sencillo de seguir:
- Describir la situación que quiero cambiar, sin juzgar.
- Exponer lo que esa situación me hace sentir, sin buscar culpables.
- Explicar a la otra persona la situación que me gustaría alcanzar, y diferenciarla de la actual.
- Transmitir las consecuencias que esa nueva situación tendría, a diferencia de las que tendría la actual.
Frente al estilo Asertivo, encontramos los estilos de comportamiento Pasivo y Agresivo, los tres con características diferenciadoras claras.
A) ESTILO ASERTIVO.
Consigue y hace lo que quiere, pero cuida y conserva las relaciones.
- Comportamiento verbal.
- Firme y directo: «opino que…», «me estoy sintiendo…», «qué piensas…», «qué podemos hacer para…», «deseo que…», etc.
- Comportamiento no verbal.
- Expresión facial franca y abierta del cuerpo.
- Postura relajada, ausencia de tensión muscular.
- Movimientos fáciles y pausados.
- Movimientos del cuerpo y cabeza orientados hacia el otro.
- Cabeza alta y contacto visual.
- Tono de voz firme.
- Espacio interpersonal adecuado.
- Otras características.
- Protege sus derechos y el de los demás.
- Logra sus objetivos sin ofender a los demás.
- Se siente satisfecho consigo mismo, y tiene confianza en sí mismo.
- Elige por sí mismo.
- Permite a la otra persona saber que se le comprende y que se sabe cómo se siente.
- Establece su posición o lo que quiere, con claridad.
- Ofrece una explicación cuando es posible.
- Maneja sus emociones.
B) ESTILO PASIVO o INHIBIDO.
Es el tremendamente preocupado por el «qué diran» o «qué pensarán».
- Comportamiento verbal.
- Vacilante: «quizás…», «supongo que…», «tal vez…», «no, no te molestes», «no, si yo…», «en realidad no es importante.»
- Comportamiento no verbal.
- Postura cerrada y hundida del cuerpo.
- Hombros hacia atrás.
- Movimientos forzados, rígidos e inquietos, se retuerce las manos.
- Posición de cabeza a menudo hacia abajo.
- Ausencia de contacto visual, miradas bajas.
- Tono de voz vacilante, y baja.
- Movimientos del cuerpo tendente a alejarse del otro.
- Puede evitar totalmente el espacio del interlocutor.
- Otras características.
- Deja violar sus derechos.
- Baja autoestima.
- Pierde oportunidades.
- Permite a los otros elegir por él.
- Se siente sin control.
- Se siente mal por no poner más de su parte.
- Problemas de depresión y autocrítica negativa.
C) ESTILO AGRESIVO.
Consigue las cosas, pero siempre a costa de las relaciones sociales. Cuando se es consciente de ésto, genera soledad, frustración, culpa hacia los demás, etc.
- Comportamiento verbal.
- Impositivo: «tienes que…», «no tolero que…», «no te consiento que…».
- Interrumpe a los demás.
- Da órdenes.
- Comportamiento no verbal.
- Postura erecta del cuerpo y hombros hacia atrás.
- Movimientos y gestos amenazantes.
- Posición de cabeza hacia atrás.
- Mirada fija.
- Voz alta, fluida y rápida.
- Movimiento del cuerpo tendente a invadir el espacio del otro.
- Otras características.
- Viola los derechos.
- Baja autoestima.
- Pierde oportunidades, se mete en otras elecciones.
- Se siente sin control.
- Puede lograr algunos objetivos, pero dañando las relaciones.
- Percibe lo que hace como que pierde los papeles, sintiéndose mal por ello después.
Todos podemos cambiar nuestras conductas, comportamientos y, sobre todo, la percepción que tenemos de lo que nos rodea y cómo nos afecta. Es cuestión de estudiarnos y tener objetivos claros, con el convencimiento de que todo es posible, y de todo somos capaces.
La pauta SITUACIÓN –> REFLEXIÓN –> CONCLUSIÓN, y siempre en positivo, puede irnos bien. Además, nuestro cerebro es una herramienta que iremos entrenando a pensar y actuar así. Iré tratando estos temas en futuros artículos.
Si consideramos que no somos asertivos, o que nuestro estilo predominante no lo es, podemos atribuirlo a:
- No hemos aprendido a serlo o lo hemos hecho de forma inadecuada.
- Conocemos la conducta adecuada, llegado el caso, pero en ese momento sentimos tanta ansiedad que sólo parciialmente somos capaces de mostrarla.
- No conocemos o rechazamos nuestros derechos.
- Poseemos unos patrones irracionales de pensamiento, que nos impiden actuar de forma asertiva (suele ser la más común).
Hay una serie de derechos asertivos que conviene que conozcamos y tengamos claros:
- Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
- Derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
- Derecho a ser escuchado y tomado en serio.
- Derecho a juzgar nuestras necesidades, establecer nuestras prioridades y tomar nuestras propias decisiones.
- Derecho a decir «no» sin sentir culpa.
- Derecho a pedir lo que quiero, sabiendo que el otro tiene derecho a decir que «no».
- Derecho a cambiar.
- Derecho a cometer errores.
- Derecho a pedir información y ser informado.
- Derecho a obtener aquello por lo que pagué.
- Derecho a decidir no ser asertivo.
- Derecho a ser independiente.
- Derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, etc. mientras no se violen los derechos de los demás.
- Derecho a tener éxito, a gozar y disfrutar.
- Derecho a mi descanso, aislamiento, etc., siendo asertivo.
- Derecho a superarme, aún superando a los demás.
Sin embargo, al mismo tiempo, no olvidemos la siguiente lista de ideas irracionales de Ellis:
- Es necesario para un ser humano ser querido y aceptado por todo el mundo.
- Uno tiene que ser muy competente, y saber resolverlo todo si quiere considerarse necesario y útil.
- Hay gente mala y despreciable que debe recibir su merecido.
- Es horrible que las cosas no salgan de la misma forma que a uno le gustaría.
- La desgracia humana es debida a causas externas, y la gente no tiene ninguna o muy pocas posibilidades de controlar sus disgustos o trastornos.
- Si algo es o puede ser, peligroso o atemorizante, hay que preocuparse mucho al respecto, y recrearse constantemente en la posibilidad de que ocurra.
- Es más fácil evitar que hacer frente a algunas dificultades o responsabilidades personales.
- Siempre se necesita de alguien más fuerte que uno mismo en quien poder confiar.
- Un suceso pasado es un importante determinante de la conducta presente, porque si algo nos afectó mucho, continuará afectándonos indefinidamente.
- Uno debe de estar pemanentemente preocupado por los problemas de los demás.
Cuidado con cuáles de esas ideas definen nuestra actitud, y que rápidamente deberíamos ponernos a trabajar para cambiar.
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